domingo, 27 de diciembre de 2015

IRSE SIN DOLOR



... Dile a quien te lo dijo, que se despida.







Se despiden los que se alejan.
Razones y consecuencias de una despedida: incontables.

Se despiden los que se alejan.
¿Tiempo? Minutos, horas, días, meses, años. Tiempo para estar lejos.
Tiempo para irse y alejarse.
Pero tiempo para tomar la decisión de irse;
ese es el tiempo cruel, el determinante.

Pero... ¿y cuando hay que despedirse de uno mismo?,
de la idea que te habías hecho,
de lo que te habías creado en la imaginación,
que siendo mentira, no duraría eternamente.
Esa despedida es la que no se ve,
parece que ni duele, casi incomprensible.
Solo el que tiene que irse de si, sabe.

Se despiden los que se alejan.
Tengo que alejarme de mi, 
de mi en ese sueño, una ilusión óptica de saludos tempraneros con una respuesta sosa,
pero una respuesta al fin.
Alejarme de esa visión del YO feliz que tiene una palabra especial,
la que nadie le dice, la que le da ese toque distintivo.
Alejarme del YO que puso letras y cartas de agrado en una única letra.
Alejarme del YO que abusa de las palabras bonitas como regalo.
Alejarme del personaje hecho para agradar a otro pensando que en ese agrado podría cobrar importancia el personaje y hacerse real.
Alejarme de mi.
¿Pero y cuando la idea de ese YO es el YO que quiere ser?
¿ALEJARSE?

Se despiden los que se alejan.
Alejarme de esa idea de creer que estaba bien cuidarle la vida a otro que nunca te lo pidió ¿o si?
Llegar en la vida de alguien que no te invitó, que te coqueteó de momento, para hacer crecer su ego, pero no, NUNCA te invitó y te quedaste. Hay que despedirse, irse de donde no te invitaron, irse y entender que decidiste quedarte pese a las consecuencias y que ahora irse duele. Pero dolía más estar donde no te invitaron, donde no eras ni siquiera percibido, entonces irse.

Irse porque te convenciste. Lástima que te convenciste después de mucho... ¡Pero no fue eterno!
Irse sin dolor, no.
No en esta crónica, no en este cuento.
Irse de la idea que se tenía duele y cuesta.

Con la esperanza de que nada es eterno.

Ni la presencia ni el dolor de irse.

BONITO

Bonito es dar paseitos... Bonito es cruzar el PRU, mirar a un lado y ver ese espejo verde-azul, mirar al otro y estás tú... Bonito es sent...