domingo, 17 de diciembre de 2017

Dame que te doy

Crianza.
Sociedad.
¿Parte de nuestra educación latinoamericana; o es más bien una costumbre producto de la creencia religiosa que se profese?
Algunos lo llaman caridad, otros cosa de karma, otros bondad, y otros porsialasmoscas.

Lo cierto es que educamos a nuestros hijos con el estigma (si, es casi una marca) de que DAR sin importar recibir, es lo adecuado, cosa de humanidad, de buenos valores, de ser 'buenagente', de humildad y otras tantas falacias baratas. No deja de ser cierta la parte de la bondad; pero ¿y la bondad para con uno mismo? ¿y el amor propio?

Dar: Hay quienes dan por gusto y placer; quienes dar les proporciona un estado de bienestar casi absoluto, una especie de droga que te mantiene contento.

¿Qué da el que disfruta de dar?
Regalos, sin duda; para el que da, todo lo que da es un regalo; regala bienes, cosas, palabras, gestos, tiempo, deseos.

Pero dar sin recibir, cito a un amigo que hace al menos 4 años me lo dijo: <<...es un gasto arrecho...>>

Pensé en el cuerpo:
Lo extremas en ejercicio y si no lo alimentas con el suplemento mínimo necesario se agota y se atrofia, a punto de no tener fuerzas para continuar con la rutina que antes hacía con soltura.

Dar en la medida que te hace feliz, pero esperar y recibir al menos una cuota necesaria para continuar dando.

Dar por beneficencia sin mirar a quien y sin esperar retribución está bien (creo), muy bien (aun así esperas que el universo te devuelva con bien lo que has dado), llena el alma; pero la vida no está llena solo de momentos que ameritan beneficencia; dar para compartir y esperar retribución está bien muy bien (creo) porque es la cuota mínima necesaria para continuar.

Tengo una hija que educo...
y procuro hacerle saber que esperar y recibir NO ESTÁ MAL, MEJOR AUN ES MERECER. Esperas porque mereces y esperas lo que mereces.

Aprender a saber lo que merecemos, es tal vez el punto y que esperarlo no está mal e incluso es sano.

Como todo en este blog
Opino.


Venezuela 2017. Ya no puedo comprar pan.

No se escribir como los grandes escritores, tampoco como los pequeños.
Saber usar un lápiz y papel; o un teclado, no me faculta para escribir y contar.

A duras penas se leer. Tomo un libro y lentamente paso sus páginas, a veces debo repasarlas para lograr entender su contenido.

No se contar historias, no se contar la historia.
Habrá muchos que la cuenten. Precisa, documentada, elegante y hasta poética.
No se contar la historia, pero la vivo.

3Dic 2017, Maracaibo, Venezuela.
Ya no puedo comprar pan.
No, no soy indigente; tampoco un ser sin estudios (por aquello de un ser incompleto). Soy profesional de la ingeniería pero me queda grande el título, me dedico a la comercialización de software con tendencia a la comercialización digital.
Ya no puedo comprar pan.
Trabajo, si (por aquello de que los desempleados no producen), trabajo en una empresa próspera con proyección internacional. Gano en bolívares, entonces se entiende que ya no puedo comprar pan.

Solo si el ingreso proviene de una moneda extranjera, podamos sobrevivir en el país. Casi no importa qué moneda, cualquiera vale más que la nuestra.

¿El miedo? caer en la indigencia.
Ya no puedo comprar pan, pero tampoco jabón en polvo... ¿entonces además de andar hambriento, andaremos en harapos?

Revisar los precios de hace tan solo un año y darse cuenta que la inflación desbordó la capacidad de pago versus ingreso. Ergo, el ciudadano profesional, empleado pero con un ingreso en bolívares, no puede cubrir sus necesidades básicas de pan.

Veamos:
05 Agosto 2017: 20 panes salados: 12.070 Bs
19 Agosto 2017: 20 panes salados: 13.324 Bs (12 días después)
22 Septiembre 2017: 20 panes salados: 15.595 Bs (4 días después)
30 Septiembre 2017: 20 panes salados: 20.223 Bs (8 días después)
14 Octubre 2017: 20 panes salados: 23.587 Bs (15 días después)
20 Octubre 2017: 20 panes salados: 24.389 Bs (6 días después)
30 Octubre 2017: 20 panes salados: 30.532 Bs (10 días después)
04 Noviembre 2017: 20 panes salados: 37.692 Bs (5 días después)
03 Diciembre 2017: 20 panes salados: 63.812 Bs (1 mes después)
Ya no puedo comprar pan.
La proyección es muy inclinada hacia arriba.

"Pan con pan, comida de tontos"
Entonces los venezolanos andamos tontos en el mejor de los casos. Porque un pan con los acompañantes que infiere (queso, jamón -como una exquisitez-, huevos, mantequilla, café con leche, algunos vegetales -como comidas del venezolano común-) implica una pequeña fortuna interdiaria que pocos salarios en la moneda circulante están dispuestos a cubrir.

Ya no puedo comprar pan.
Y el pan simboliza tan solo el alimento básico de una persona sana, que no tiene restricciones de gluten y afines. Desde la ignorancia en la materia social y nutricional, diría que el pan caracteriza la alimentación de una sociedad. la sociedad se enferma, el hambre recrudece y el cerebro se amilana. El cuerpo no aguanta y la mente se atrofia.

Venezuela vive horas aciagas, pero realmente no son horas, llevamos años viviendo interminables días.
¿El miedo? que no tiene un fin previsible ni menos visible.

Al final del túnel está la luz -dicen-, si; pero es un largo túnel y probablemente no tengamos fuerzas para avanzar.

Cada día es un reto. Cada día es un juego macabro donde la lucha es sobrevivir, sin ir en detrimento de ti mismo o de otros... cuando los valores te dan para eso.

¿El miedo? que la sobrevivir te nuble los valores.

Soy venezolana, profesional, empleada y ya no puedo comprar pan.

BONITO

Bonito es dar paseitos... Bonito es cruzar el PRU, mirar a un lado y ver ese espejo verde-azul, mirar al otro y estás tú... Bonito es sent...